jueves, 24 de diciembre de 2009

¡Feliz Navidad runners!




¡Feliz Navidad a todos los runners de buena voluntad!

Esta noche es Nochebuena así que descanso, pero mañana Navidad correremos por El Reti. A las 9:30 hemos quedado en el árbol y como tarde a las 10 con la gente del Boston. Para correr y disfrutar juntos en un día muy especial.

A todos los que corréis os deseo una feliz Navidad y que disfrutéis mucho corriendo en el 2010... que si disfrutamos las marcas vendrán

Feliz Navidad a Mildo y Naranja, a Joan Rigabert, a Rosa y a Fran, a Luis Hita y a Glenn, a Fran y Leti, a Pepe y Marisa, a Quique, a Antonio, a Alex, a Olga y Alfonso, a Gonzalo, a Carles, a Vicente, a Angelito Zurdo, a Risco, a L. Macedo, a Manuel Binoy, a Fer, a Maese, a Francis. a JMBarquero, a Víctor, a todos los del Boston y al resto de los locos que os pasáis de cuando e cuando por aquí

martes, 8 de diciembre de 2009

Crónica del Maratón de Florencia


El Angel de la Guarda

Son discretos, no hacen ruido. Casi nunca somos conscientes de su existencia, pero siempre están ahí. Yo tengo la suerte de tener bastantes a mi alrededor, y como después se verá, aparecen en los momentos más insospechados, para ayudarnos cuando estamos en problemas.

Florencia, 29 de Noviembre. 6 de la mañana. Como siempre, el día de un maratón, antes de que suene ninguno de los tres despertadores que he puesto, ya estoy despierto. Después de los buenos días a Susana (ese ángel de la guarda del que sí que soy consciente que me acompaña), la rutina habitual: Lo primero, abrir la ventana y mirar por ella, para adivinar el tiempo que nos acompañará. Se ven la luna y las estrellas, y no hace mucho frío. Condiciones óptimas, aunque con bastante humedad, que no noto en ese momento. Lo segundo, mi desayuno particular pre-maratón: un tetrabrik de papilla de 8 cereales con miel, puro hidrato de carbono de fácil digestión, pero difícil engullición, y más a esas horas tempranas. Litro y medio de agua y duchita. Estiro (poco) y bajo a acompañar al resto del grupo en su desayuno más convencional. Risas y nervios habituales. Sigo alucinado con el poder de digestión de Comb: 8 tostadas y no sé que más. Pablo tampoco desayuna mal, muffin incluido…

A las 7:30 estamos todos en recepción, para la sesión fotográfica. Llega Rodri, y caen las primeras cien fotos del día. Nos acordamos mucho de nuestros amigos con los que hemos entrenado, de la gente del Boston y del Reti, y en especial de nuestro amigo Santi, que tiene su particular maratón en Madrid, en su lucha contra la enfermedad.


Partimos hacia la salida, paseando con cientos de runners por delante de la catedral y de la plaza de la Señoría. Paisaje peculiar en la vieja Florencia. Las esculturas de la Logia, el David y las de los Medicis, deben flipar.
Hace un día espectacular, con sol. Al rato empezamos a quitarnos capas, para dejarlas en los camiones preparados por la organización. Nos acompañan Susana, Juan Mari y Luis Hita. Una estupenda organización, que no parece latina, nos sube en autobuses a la plaza de Miguel Angel, desde donde partiremos. Llegamos a las 845, y nos vamos rápidamente a los cajones. A pesar de que solo quedan cinco minutos para la salida, nadie parece tener prisa. En seguida sabemos por qué. A las 900, hora prevista para la salida, por megafonía anuncian que la salida se dará en 20 minutos (¿). No nos hemos equivocado de maratón pienso. Esto solo puede pasar en Italia (o en España). Me acuerdo de Juan Rigabert, y de que el año anterior les pasó lo mismo, pero bajo una intensa lluvia y con frío. Me acuerdo de los entrenos, de la gente que corre hoy conmigo, de la gente por la que corremos. Pienso en todos vosotros, que habéis reservado un poco de vuestro tiempo este domingo para acordaros de nosotros. Veo a Cami y a mi padre, a mis hermanos delante del ordenador para seguir nuestros pasos en tiempo real… a la gente del Boston comentando en la Casa de Campo, a la gente que corre hoy en Donosti. Por supuesto, me acuerdo de ti Santi. A ver si sale una buena carrera y conseguimos los objetivos…

A las 9:20 se da la salida. Los primeros cinco kilómetros son muy cuesta abajo, por lo que no es fácil coger el ritmo. Desde la salida voy solo (irónicamente acompañado de miles de corredores, pero ninguno de mi grupo). Veo a Suso, Juan Mari y a Hita al poco de salir, animando. Sé que esos primeros kilómetros son importantes para no desmadrarse. El globo de 3:15 se aleja cada vez más, pero no me preocupa. Con no perderlo de vista es suficiente. Los primeros kilómetros no son fáciles de correr, por la cantidad de gente que te adelanta o adelantas. En uno de esos adelantamientos tengo un incidente con un corredor mayor, lleno de geles y demás gadtchets, que me empuja cuando le adelanto. Le pego un grito y sigo adelante.

Nuestros animadores, grandes ángeles de la guarda en todos los maratones, están en el kilómetro 12, por donde paso muy confiado. Ya he cogido un buen ritmo, y he limado un minuto al tiempo previsto en ese paso. La verdad es que son inconfundibles, con sus banderas por todo lo alto. Me ve Patricia, quien grita mi nombre. Subidón de adrenalina (en ese momento se disparan las pulsaciones, como si esprintases). Veo a Suso, y su sonrisa me acompaña muchos kilómetros. En principio, no les volveremos a ver hasta el km 28…




En poco tiempo alcanzo al primero de los globos de 3:15. Me acoplo, pero quiero seguir hacia delante. El primero está a unos 50 metros, y en un par de kilómetros me meto en ese grupo. Voy tan metido que el globo me va dando en la cara… Todo va de manera muy regular hasta que llegamos a los avituallamientos, un verdadero caos, donde se rompe el grupo, y hay que volver a coger el ritmo. Pasamos el km 15, el 20, la media en 1:36, un minuto y pico por debajo del objetivo. Voy absolutamente encantado, con muy buenas sensaciones. En el km 25 me encuentro con tres españoles que van unos metros por delante del globo. ¿Cómo váis? Jodidos, pero contentos… ¿Qué objetivo tenéis? 3:10 me dice uno. Llegar y que gane el Madrid, dicen los otros dos. Yo soy del Barsa, respondo. Pues entonces que empaten… y seguimos adelante. Al pasar por la catedral veo a Glenn, a Luis Hita, a Juan Mari y a Suso, nuevo subidón. Ya voy unos 100 metros por delante del primer globo de 3:15. Supero el primer momento complicado sin muchas dificultades. Salimos de la ciudad y nos encaminamos a los kilómetros más duros. Hay que llegar al 34, y después enfilamos una recta que nos lleva a la meta. Sigo corriendo muy controlado, pasando gente (incluido al compatriota que quería hacer 3:10, pero que el del mazo ha cazado en el km 32…). Enfilo el 34 y las sensaciones son buenas. Cansado pero buenas. Hasta que en el 35, de repente, sin aviso alguno, me quedo sin gasolina, y además se me atrancan los dos cuadriceps y el psoas… En el avituallamiento del 35 me bebo toda la botella. Mala señal, signo de deshidratación. Me pasa el globo de 3:15, me intento acoplar al segundo. Nada, no puedo ir a ese ritmo que hace solo unos metros estaba chupado. Le veo alejarse, y con él el sueño de la marca… Me acuerdo de tods los que corréis conmigo, en especial de la gente de Arua, pero ni por esas…

Sin embargo, en ese momento aparece el ángel de la guarda al que he dedicado esta crónica, en forma de Juanra. Juanra es un colega del Club Boston, ese grupo de amigos que nos conocimos hace años y que compartimos sudores los domingos en la Casa de Campo y entre semana en el Retiro. Después de meses de entreno tuvo la mala suerte de lesionarse a falta de tres semanas, por lo que tuvo que renunciar a su objetivo. Pero por suerte, no renunció al viaje, que ya había contratado con su mujer. Habíamos cenado juntos la noche anterior, en la que se había comprometido a acompañar a Manolito los últimos kilómetros. Imagino que la pinta que yo traía no debía ser la mejor, ya que en cuanto me vio no dudo un instante en venirse conmigo para ayudarme. Correr, andar, correr, andar. No dejó de animarme ni un segundo, de hacerme correr cuando las piernas y la cabeza se negaban a ello. Incluso en una pequeña cuesta de unos 20 metros sentí como me empujaba ligeramente en la espalda para que no me parase. Podía correr unos 200 metros seguidos, antes de que la cabeza y las piernas me obligasen a andar. En el km 37 estaban otra vez nuestros animadores. Siempre se hace un esfuerzo para pasar corriendo delante de ellos, poniendo la mejor cara que tengas, y más cuando vas totalmente pinchado. Vi a Inma, a Nati, a Patricia, a Agueda, ya Ignacio, que me hacia fotos. Sabía que a Ignacio no le podía engañar mi aspecto… En cuanto pasé por delante de ellos tuve que parar a andar otra vez, ya que los calambres acortaban cada vez más lo metros que podía correr. Y Juanra animando todo el rato.



Entramos otra vez en la plaza de la Señoría, donde vi a Suso y a Juan Mari, por lo que corrí una vez más. En el km 39 oí que venía Comb. Era un verdadero obús. Arranqué detrás suyo, pero debí aguantar 20 metros antes de que el psoas amenazase con contracturarse del todo. Pasamos el 40, el 41. Sólo mil metros para acabar, pero no podía correr. En los últimos 400 metros me adelantó Serunner, con Luis Hita, que le acompañaba. Volví a hacer ademán de correr con ellos. Bajaron un poco el ritmo, y pude hacer unos 200 metros más corriendo. Pero antes de entrar en la última recta tuve que volver a andar. 50 metros más y enfilé los últimos 50 ya sí, corriendo. Total 3:23:59, a los efectos 3:23, dos minutos por debajo de la marca prometida, aunque 8 por encima de la esperada, y al menos 14 sobre la que creía tenía a mi alcance en el km 35… Es lo bonito del deporte y del maratón. Muchas gracias a todos, muchas gracias Juanra por haber corrido conmigo.

Al acabar el maratón estaba francamente cansado, bastante más que en los últimos. No pude ir siquiera a recoger la ropa (gracias Suso), y el camino de vuelta al hotel, que me había parecido un maravilloso paseo por la mañana, se me hizo eterno. Tuve las piernas como piedras hasta el miércoles, pero en seguida empecé a pensar en el siguiente reto. Enhorabuena a tod@s mis colegas runners de Florencia. Objetivos cumplidos, en muchos casos con una holgura espectacular.

Sólo me queda agradeceros vuestro apoyo y generosidad. En Africa Directo nos han dedicado una cuenta especial para que podamos hacer los donativos:

La Caixa: 2100 2708 19 02 00083682, poniendo en el concepto de la transferencia “ Programa Escuela en Arua”. Os puedo asegurar que, aunque no conseguí la marca que tenía en la cabeza y compartí con muchos de vosotros, no me dejé nada en las piernas. Ahora os toca a vosotros ☺

martes, 1 de diciembre de 2009

Una maratón con vistas



Pues sí, 3:20:01. Mi objetivo era bajar de 3h20, hacer 3:19:59... ¡je! Aquí va la crónica para los que tengan paciencia y ganas....

Lo cierto es que corrí con mucha facilidad, de menos a más. Siempre disfrutando. A ritmos por debajo de 4:45. La media en 1h42 para acabar fortísimo, ganándole 3 minutos en la segunda. Los 2,195 kms finales en 4:11 por la organizacion. Por mi reloj el ultimo mil en 4:05 y los 195 metros finales a 3:36. Y sé que si hubiera querido hubiera ido más rápido los ultimos 10kms.

Para ser sincero me ayudó mucho correr con Angel, turnándonos y sobre todo compartiendo sensaciones, miedos y esperanzas. Nos ayudó a todos el tiempo: frío, agradable y sin lluvia. En contra, el desastre del primer km muy lento pero a trompicones. Y el desastre de los controles de avituallamiento. Tomé en la mayoría de ellos sales, aunque poca cantidad porque poca había en esos vasos complicadísimos de coger. Un enemigo invisible fue la alta humedad ambiental.

La carrera es verdad que baja al principio pero el desastre del apelotonamiento inicial y de los avituallamientos lo contrarresta. Y las calles se estrechan demasiado y has de frenar. Luego, nos acercamos al Arno y se ve la belleza de la ciudad y todo empieza a mejorar. Las calles son estrechas pero no oprimentes. Las vistas de Florencia. Algún que otro requiebro de más pero siempre muy controlados. Turnándonos Ángel y yo marcando los ritmos. Aprovechando las diagonales para no hacer kms de más.

En la media iba muy fresco. Yo tengo la teoría de que hay que llegar al 30 fresco, y a la media casi entrando en calor. Y asi fue. Cuando nos acercamos al 30 ya sólo éramos Ángel y yo. Quizá estuvieran todavía Manolo y Rodri cerca, detrás. Pero yo iba tan concentrado que ni los sentía. Nos hablabamos y nos animábamos. Luis Hita se nos unio en el km 29 , nos ayudo pasándonos agua en un control y sobre todo quedándose con Ángel y forzándome a que acelerara y les dejase en el 36.

La entrada al parque en el km 31 marca la soledad de la carrera. De ahí al 37 no hay apenas gente pero para mi estuvo bien. Grandes rectas donde concentrarme en la zancada, en mi ritmo de carrera. Me encontraba pletórico pero controlado. Ángel en el 35-36 empezó a quejarse del gemelo. Una pena porque iba igual de fuerte que yo. Le esperé. Me puse a hablar a voz en grito en ingles con un irlandés majete (a quien luego adelantaría por el 40 y tantos) para no agobiar a Ángel mientras descendiamos el ritmo para superar su molestia.

El irlandés aceleró y yo esperaba a Angel hasta que Luis me dijo que me marchase, que él se quedaba con Angelito. Me puse de nuevo en torno a 4:40. No sabía muy bien si ir a ese ritmo o acelerar. Podría haberlo hecho pero quizás por exceso de prudencia no lo hice. Siempre temo al final. Son muchas maratones pinchando al final.

Salí del parque y enfilé el rio, la ciudad. Al fondo las banderas españolas de nuestras amigas. Todos me decían que iba como un toro y con una gran cara. Lo sabía pero me dio aun mas fuerzas y ganas. La maratón con nuestro entrenamiento es cabeza. Al rato Bañon me dio más animos pero me dijo que Carca iba pinchado cerca. Que pena. Sin querer habia visualizado ese final. Tuve rabia. Segui corriendo con prudencia pero ya acelerando a 4:30. Faltaba poco aunque no sabía cuanto. No tenia ni idea del recorrido final. Cerca del 39-40 vi a lo lejos a un tipo alto en una camiseta amarilla. Carca. Corriendo cabizbajo con Juanra vestido del Boston a su lado. Les grité, les silbé y cuando llegué a su lado bajé algo el ritmo gritándole que me siguiera. ¡Qué raza! Lo intentó pero a los pocos segundos algun calambre y Juanra me grito que siguiera.

Seguí. Iba muy rapido. A veces el empedrado molestaba. No mucho. Disfrutaba del recorrido. Que bello es Florencia. Iba fijándome en la gente, adelantando a todos sin excepción. De repente vi en una curva la torre de los Uffici y me emocioné. Sabía que iba muy bien. Me saltaron algunas lagrimas. Vi al irlandés y le dije en broma que no se dejara adelantar por un español. Sonrió y me dijo que me seguiria para ver si lograba entrar cerca de mi tiempo, que unos kms antes le habia dicho que sería 3h20. Vi a unas chicas del principio y las adelante. Adelantaba a todos. Podia esprintar pero me reservaba. Ni idea del tiempo. Vi los camiones con nuestra ropa y me di cuenta que la meta estaba muy cerca. El km 42. Aceleré en la curva pero pensando más en donde colocarme para que la foto de la entrada con la Iglesia de la Santa Crocce saliera bien. Me acuerdo que me habian aconsejado entrar por la izquierda. Supuse que 'mi izquierda' y así hice. Había de repente muchos corredores y procuré desmarcarme. Una foto en solitario, bonita y digna (me acordaba de la del foro entrando solo...je, a 2h40) Marqué el crono procurando que no me tapara la cara para la foto y alcé los brazos en señal de victoria. ¡Estaba feliz!!!
Pletórico. Runner's high. ¡Subidón!!!

Me decían que siguiera pero me paré. Quería ver a Angel...y Carca. Estiraba evitando al tipo de la organización que nos pedía a todos que siguiéramos. Y por fin, Angelito. Feliz con el 3h23 que yo sabia que era su marca 'refugio'. ¡¡Lo había conseguido!!! Al poco Alfonso, Rodri y Manolo.

Ya no vi a nadie más hasta que recogimos la ropa. Al final, con Luis Hita, al ver pasar el globo de las 4 horas nos dio un vuelco el corazón al ver con una sonrisa espectacular a Adelita y a Pablo. ¡4 horas!

Pensé en Miriam, en los consejos de Fran y pensé en Cami, que siempre está ahí. Todos apoyando. Ayudando.

Entrenar y correr es lo de más y la maratón es sólo un señuelo... Ítaca... ahora ya pienso sólo en descansar, dos semanas, para volver a atacar Ítaca y lograr hacerlo en 3h15'... y supongo que volver a empezar