miércoles, 15 de abril de 2009

Las series y el corazón




Hoy he estado en el cardiólogo. Una cardióloga para ser exactos. Y una verdadera experta en deportes y en particular en atletismo. Un par de tipas entrañables, Araceli y Susana, su enfermera. Además del típico electro, hemos estado charlando sobre el correr, los triglicéridos, los ATPs, los umbrales... y al final me ha hecho una eco y hemos estado viendo mi corazón. Grande aunque escondido detrás del esternón, me ha tenido que retorcer para observarlo y medirlo.

Acabo de echarle un ojo al fabuloso blog de Mildo y me he animado a escribir, que luego dice que nos prodigamos poco por la red.

Series y corazón.

Me ha contado que tengo un corazón grande. En el sentido más prosaico de la expresión. Supongo que para el otro me tendría que conocer mejor y a lo mejor no opinaba lo mismo. Me ha metido algo de cañita por no llevar pulsómetro. Yo que alardeo de seguir mis sensaciones llevo ya 4 meses sin usar la cinta. ¡Menudo rollo! Pues no, si me hago una prueba de esfuerzo y quiero mejorar mi correr he de retomar la cinta.

Para el primer umbral, correr suave pero en mi caso, por encima de 133 lpm. Por debajo no sirve de nada, sólo es calentamiento.

Para el segundo umbral ya son palabras mayores. Lo he mejorado, especialmente porque he bajado el porcentaje de VO2 Max, Pero si quiero mejorarlo tengo que currarme más fuerte las series largas. Empezar en 153 y terminar los miles, los dos miles incluso cerca de 165 lpm. Mucha caña. A eso de 3:30. Rapidito.

Ahora ya estoy cerca de Londres así que no arriesgaré. Me quedan qué, ¿9 días? Mañana llevaré la cinta por curiosidad pero para la maratón de Otoño prometo controlar las pulsaciones. El año que viene quiero bajar un mínimo de 10' a la maratón y me voy a esforzar. Con cabeza pero a esforzarme. Me ha dicho la cachonda que yo en la maratón voy de paseo. Y supongo que algo de razón tiene

Me he acordado de cómo sufren los de cabeza desde el principio. De la cara de dolor en Barcelona de los de cabeza en el kilómetro 5. Los sub 3 pasaban medio frescos y los sub 3:30 parecían turistas felices y contentos, a lo sumo concentrados. El final, a partir del 30 el sufrimiento ya nos iguala a todos.

Me he acordado también de una entrevista con Chema Martínez donde decía lo mucho que sufría en carrera. Literalmente decía "me duelen hasta las cejas". Esfuerzo máximo. Araceli, la cardióloga, me ha contado que Chema entrena con pulsómetro y que hace las series buscando las pulsaciones.

Yo, en popular y salvando bastante las distancias con el gran Chema, me propongo a imitarle. Pero ya a partir de mayo. Ahora a concentrarse que Londres está a la vuelta de la esquina.

Eso sí, tengo ganas de aprender. Cada día descubro que sé menos y que hacemos un montón de cosas sin sentido o con mucho, pero no sabemos por qué. Para empezar voy a tomar BOI-K espártico, potasio, para evitar los calambres. Pero justo antes de la carrera. Media hora antes. Ah, y retomar los viales de glucosa (cinco diarios) para los 3 días antes de la maratón. Para llenar los depósitos de glucosa a tope...

4 comentarios:

Mildolores dijo...

...Y gracias por hacerlo, Comb ;)

Las series se saben como empiezan, pero nunca como acaban. Eso lo vas sabiendo durante la marcha. Da igual la distancia a cubrir, son imprevisibles.
Hacerlo por pulsaciones es algo que no me había planteado. ¡Que control!
Yo lo hago hasta que reviento, o casi. Alcanzo las máximas. Me hace sentir bien, sobre todo al acabar, claro. Por las sensaciones, por la entrega, porque me demuestro que puedo hacerlo, que sé sufrir.
Luego viene la calma, entrenamientos mas suaves, para asimilar.

Son el centro de cualquier entrenamiento, la clave.
¡Y por Dios! No te dejes la cinta del pulsómetro en casa.

Abraxos.

guillermo dijo...

ostras, cuantas cosas se aprenden en este blog!!
lo del pulsómetro la verdad es que es un engorro, porque avaba molestándote, y más en distancias largas, pero una vez más se demuestra su utilidad.
me ha encantado lo de las series, cosa que yo no pongo en práctica cuando las hago, pero que si me gusta al final de cada tirada hacer unas rectas más o menos largas y ver cómo suben las pulsaciones y hasta dónde puedo llegar.
espero no dejar de usar la cinta, quizás ahora la uso porque los reyes magos me trajeron este regalo y me sabe mal no hacerlo.

Nacho dijo...

Si se molestase en buscar el tamaño del corazón por el lado no fisiológico, también diría que es grande, muy grande.

...tanto como para bajar de 3:23
;-))

Un abrazo

Nacho

Quique dijo...

Hola Comb, me ha gustado esta entrada, me ha parecido muy interesante y has abierto mi curiosidad por las pulsaciones, en los 2 años que llevo corriendo nunca me he puesto el dichoso pulsometro, pero veo que tiene mucho sentido...Habrá que ponerselo.

Mucha suerte en Londres, espero que sufras y puedas decirla a tu cardiologa que no has ido de paseo...ja,ja.

Un saludo
Quique