“Más lejos, tenéis que ir más lejos de los árboles caídos que ahora os aprisionan, y cuando lo hayáis conseguido, tened muy presente no deteneros. Más lejos. Id siempre más lejos, más lejos del presente que ahora os encadena y cuando os sintáis liberados, emprended otra vez nuevos pasos.
Más lejos, siempre mucho más lejos.
Más lejos del mañana que ya se está acercando.
Y cuando creáis haber llegado,
Sabed encontrar nuevas sendas.”
Lluis Llach, Itaca.
2 comentarios:
Precioso.
Suerte para Guillermo y Jordi en San Sebastian.
Que el frio no les atenace y consigan sus objetivos.
Qué queréis que os diga, me gusta mucho más el original.
"Cuando emprendas tu viaje a Itaca
pide que el camino sea largo,
lleno de aventuras, lleno de experiencias.
No temas a los lestrigones ni a los cíclopes
ni al colérico Poseidón,
seres tales jamás hallarás en tu camino,
si tu pensar es elevado, si selecta
es la emoción que toca tu espíritu y tu cuerpo.
Ni a los lestrigones ni a los cíclopes
ni al salvaje Poseidón encontrarás,
si no los llevas dentro de tu alma,
si no los yergue tu alma ante ti.
Pide que el camino sea largo.
Que muchas sean las mañanas de verano
en que llegues -¡con qué placer y alegría!-
a puertos nunca vistos antes.
Detente en los emporios de Fenicia
y hazte con hermosas mercancías,
nácar y coral, ámbar y ébano
y toda suerte de perfumes sensuales,
cuantos más abundantes perfumes sensuales puedas.
Ve a muchas ciudades egipcias
a aprender, a aprender de sus sabios.
Ten siempre a Itaca en tu mente.
Llegar allí es tu destino.
Mas no apresures nunca el viaje.
Mejor que dure muchos años
y atracar, viejo ya, en la isla,
enriquecido de cuanto ganaste en el camino
sin aguantar a que Itaca te enriquezca.
Itaca te brindó tan hermoso viaje.
Sin ella no habrías emprendido el camino.
Pero no tiene ya nada que darte.
Aunque la halles pobre, Itaca no te ha engañado.
Así, sabio como te has vuelto, con tanta experiencia,
entenderás ya qué significan las Itacas."
C. P. Cavafis. Antología poética.
Alianza Editorial, Madrid 1999.
Edición y traducción, Pedro Bádenas de la Peña
Un abrazo
Nacho
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