Ya tenemos el séptimo en la buchaca. Quien me lo iba a decir hace sólo cinco años, cuando veía pasar de lejos a esos marcianos de Mapoma, y no entendía a Cami cuando me hablaba de machacarse corriendo. Qué buena decisión la de empezar a correr, y qué suerte tener amigos en aquellos momentos que estuviesen también empezando!
Bueno, pues nada, paso a glosar mis recuerdos de este magnífico maratón.
El entrenamiento muy bien. Después del desastre de la preparación de Berlín, reaparecimos en los 10km de Canillejas. Estábamos empezando la preparación, pero mi hígado ya había olvidado el exceso de vitaminas (malditas vitaminas), y mi cuádriceps la sobrecarga del mes de septiembre. Pero hete aquí que a los amigos Bañon se les ocurrió celebrar una pequeña cena la noche anterior a la carrera, para ver las fotos de Berlín. Por hacer la historia corta, la noche se complicó, percebes, jamoncito del bueno, y otras viandas, regadas con buen vino y algún mojito. Buena música que hizo que incluso un torpe como yo se desmelenase, y cerrase chez Bañon a las 5 am. Por suerte, Canillejas es de las pocas carreras que empiezan a las 12, así que a las 930 estábamos como un solo hombre el núcleo duro, Mr. Cepeda, Comb y servidora en el punto habitual de encuentro. Lo pasamos en grande, acompañando a Pili en su intento de rebajar los 50’ (se quedo al borde…).
Después vinieron Aranjuez (me quedé a un segundo de mi PB), y San Silvestre, bajando también de 40’, con muy buenas sensaciones y corriendo siempre con gente del Boston. En enero corrimos los 15km de Tres Cantos, obteniendo PB y acercándome mucho a la hora, y después otra PB en Getafe, parando el crono muy cerca de 1:26. Por último la gran carrera del San Patricio, donde tuve la fortuna de correr con Kalinga (bueno solo un ratito), y con el incomparable Mildo, que me permitió fardar delante de mi hijo al quedar segundo (por cierto, gran podio del Boston, con Olivia y Maytita copando las primeras posiciones también en chicas: lástima de Cami ese día que estaba con trancazo –está visto que está gafado en esta prueba). Las sensaciones eran muy buenas, con gran confianza. Un pequeño catarro y unas molestias en el adcutor derecho fueron las únicas incidencias reseñables. Por lo demás entrené estupendamente, con 4 sesiones a la semana, y no con mucho volumen, es decir, la semana más bestia no llegué a los 65km. Las últimas semanas en la CdC fueron muy buenas, entrenando con los parisinos y los maponianos. Vamos, que me fui a Londres con una confianza descomunal, sabiendo que el maratón es una bestia que todavía no domino, que depende de multitud de detalles, pero con la satisfacción de tener el deber cumplido. Dejaba atrás 900 km de rodajes, series, tiradas…
Nos embarcamos hacia Londres el viernes, antes de que abriesen el aeropuerto (5 am). Gran organización por parte de Luis Hita (Marathinez). Muy recomendable. Gente encantadora, viajas con fisio (y gran tipo, Glenn), buenos hoteles y la organización siempre pendiente de cualquier detalle que necesites.
La feria del corredor de Londres es solo regularcilla, pero nos pasamos la mañana. Por la tarde algo de shopping, vuelta por Londres y cenita en Lucciano, un italiano con unas fotos curiosas.
Sábado por la mañana a esponjar 30’ por el parque de San James otra vez algo de shopping, y concentración en el hotel a partir de las 1400. Me gustan esas tardes tranquilas, de charloteo, donde estás con amigos a los que les espera lo mismo que a ti. La cena de pasta también fue un gran acierto, buena calidad del buffet, con los compañeros de fatigas. Coincidimos en la mesa con un chaval de 28 años, Alfonso. A la típica pregunta de cuantos maratones has corrido respondió con un sorprendente ¿este año?, y es que Londres era su cuarta del 2008, además de haber corrido entremedias una de 100km y pensar en terminar Mapoma…
Esa noche conseguí dormir bastante, desde las 10 hasta las 5. Casi ni me enteré cuando llegó Susana del musical…
Llegó el gran día: Me desperté naturalmente antes de que sonase el despertador. Me vestí, con la ropa previamente preparada con mucho cuidado el día anterior, y vi por la ventana que no llovía. Bajamos a desayunar puntualmente a las 6, después de hacer la tabla de abdominales. Papilla de 8 cereales con miel y un plátano. Me sienta de maravilla. Me encuentro de lujo. Chequeo piernas, estómago… todo va como un reloj. Adelita está nerviisa, es su primer maratón. Me alegro de volver a ver a Cepeda en la partida, sin lesiones. Luisete también tiene buena pinta. Angel, a pesar de su última lesión también está optimista (qué tío más entusiasta, da gusto!)
Llegamos puntualmente a la campa, a las 730 más o menos. Gran ambiente, no se ve una nube en el cielo, y la temperatura es muy buena. Luis se hace fotos con todos los frikis del lugar (bastantes), y después de casi dos horas (ha dado tiempo a que aparezcan las primeras nubes), nos vamos al cajón. Besos y abrazos con Adela, en el penúltimo momento emotivo…
A las 945 puntualmente salimos. Luis y Nacho por delante. Salida limpia, a pesar del mogollón que somos. Corro bastante a gusto desde el principio. Antes de la primera milla paso a mis dos amigos y me voy, Solo me preocupa controlar las pulsaciones. El terreno es ligeramente ondulado, y como en la milla tres hay una buena bajada. Las pulsaciones están controladas (un pelín por encima de 155). Paso la milla 6 en 46 min, con buenas sensaciones, y en compañía de un notario extremeño, que me adelanta sobre la milla 8. En la nueve nos esperan nuestras chicas. Como siempre es un momentazo. Ahí están, guapísimas, animando y saltando, con las banderas al aire. Las sensaciones siguen siendo estupendas. Bajo un poco el ritmo, para acompasar las pulsaciones. Hacia la milla 11 empieza a llover, justo cuando me adelanta un tipo medio en pelotas, con una inscripción en el culo “freedom” en un cachete “tibet” en la otra. Gafas enormes blancas. El tío debió acabar agotado, pero de los brazos, ya que no paraba de saludar… Levantaba pasiones.
La lluvia es de gotas gordas y frías, aunque la temperatura es buena. En el medio maratón (que paso en 1:41), me tomo el primer gel, que me sienta bien. Llego al 25 con algo de frio, pero sin bajar mucho más el ritmo (todavía por debajo de 5). Pero a partir de ahí empiezo a notar unos calambres en el aductor izquierdo. Primero son leves, pero cada vez más incómodos. Sin embargo el gel hace efecto (o eso creo), y me vuelvo a encontrar bien, aumentando el ritmo. Me tomo en segundo gel en la milla 20, y este ya me sienta mal. Se me revuelve el estómago, pero pienso que sólo quedan 6 millas, 10 km, y además voy muy concentrado. Me tengo que parar a estirar el aductor (y me doy cuenta que solo me acuerdo del ejercicio que es sentado en el suelo, y no me parece propio). Llego a la milla 21, y sigo corriendo. Antes de la 22 ya me paro una vez (breves segundos) a andar. Pero ya voy tocado. Desde la 23 (me tomo el último gel, sabiendo que tenía mucho riesgo…) ya no puedo correr mucho. Corro, ando, corro ando, pero cada vez son más cortos los tramos de correr. Pasado el 24 me adelanta un tal Miguel, de Burgos. Vamos tío! Me voy con él unos metros. Me dice: venga que a 8 la milla llegamos. No puedo seguirle, pero vamos haciendo la goma unos metros. El km 40 lo paso en 3:20, y me digo a mi mismo que si aprieto hago 2 km a 5 y bajo de 3:30. Pero es imposible. No puedo correr más que unos pocos metros y andar. En el 41 vuelven a estar las chicas. Reúno las últimas fuerzas para pasar corriendo. Ahí siguen animando y sonriendo, qué lujo de afición! Cuando creo que no me ven vuelvo a andar. Queda menos de 1000 metros, pero no puedo, Veo el cartel de 600m, el de 400, pero no soy capaz de arrancar. Solo en la recta de meta, al ver uno de los colegas de Marathinez, con su camiseta española, que me pasa, intento irme detrás de él. No le cojo, pero “esprinto” unos 80 metros, lo que me sirve para acalambrar todos y cada uno de los grupos musculares de las dos piernas. 10 metros más y me pego un guantazo. Me hago la foto con la medalla, y ando como espíritu en pena hasta recoger la bolsa (grandiosa organización, me la preparan antes de que llegue). Vuelve a llover y hacer algo de frio. Busco el árbol de reunión. Mi primer recuerdo es el de Nacho y de su cara de tristeza cuando ve en el reloj que le enseño la marca. No la he rebajado. Le pregunto y me dice que ha entrado con Luis en 3:35. Me alegro por ellos, y también de no haberles visto cuando me adelantaron –sobretodo de que no me hubiesen visto ellos, ya que hubiesen perdido algún minuto seguro-. Ahí está Carmen, que me abraza y me besa. Me tengo que tumbar, y el notario me sube las piernas. La verdad es que me encuentro mal, me duele todo y tengo revuelto el estómago. Susu y Miri me sirven de muletas. Enseguida me cogen Luis y Nacho y nos dirigimos hacia un puesto a que me de esturen algo. A mitad de camino nos dicen que vamos en sentido opuesto. Les digo que me voy al hotel. Me da pena no quedarme a ver a Adelita, pero estoy “matao”. Susana me hace de bastón, y en poco tiempo llegamos al hotel. Paso de la reglamentaria ducha con agua fría y me la doy con toda la temperatura que da la ducha. Me acuesto una horita y me levanto como un pepe, con hambre y todo.
El resto ya lo han descrito mis amigos en sus crónicas respectivas. Me voy de Londres encantado a pesar del sufrimiento (o quizás gracias a él… esto es el maratón!!!). En el pensamiento solo una consigna para el maratón de otoño: hacerlo en negativo, es decir, la segunda parte más rápida que la primera, y si es posible hacer un gran último 10.000. Lo necesito para ganar a esta bella carrera!!!!
Gracias a todos los que leáis esta crónica, no por leerla, sino porque casi seguro que habéis sido parte de ella, de una manera u otra. Es más, seguro que sin vosotros, esta crónica no hubiese existido. Hasta la próxima!
Bueno, pues nada, paso a glosar mis recuerdos de este magnífico maratón.
El entrenamiento muy bien. Después del desastre de la preparación de Berlín, reaparecimos en los 10km de Canillejas. Estábamos empezando la preparación, pero mi hígado ya había olvidado el exceso de vitaminas (malditas vitaminas), y mi cuádriceps la sobrecarga del mes de septiembre. Pero hete aquí que a los amigos Bañon se les ocurrió celebrar una pequeña cena la noche anterior a la carrera, para ver las fotos de Berlín. Por hacer la historia corta, la noche se complicó, percebes, jamoncito del bueno, y otras viandas, regadas con buen vino y algún mojito. Buena música que hizo que incluso un torpe como yo se desmelenase, y cerrase chez Bañon a las 5 am. Por suerte, Canillejas es de las pocas carreras que empiezan a las 12, así que a las 930 estábamos como un solo hombre el núcleo duro, Mr. Cepeda, Comb y servidora en el punto habitual de encuentro. Lo pasamos en grande, acompañando a Pili en su intento de rebajar los 50’ (se quedo al borde…).
Después vinieron Aranjuez (me quedé a un segundo de mi PB), y San Silvestre, bajando también de 40’, con muy buenas sensaciones y corriendo siempre con gente del Boston. En enero corrimos los 15km de Tres Cantos, obteniendo PB y acercándome mucho a la hora, y después otra PB en Getafe, parando el crono muy cerca de 1:26. Por último la gran carrera del San Patricio, donde tuve la fortuna de correr con Kalinga (bueno solo un ratito), y con el incomparable Mildo, que me permitió fardar delante de mi hijo al quedar segundo (por cierto, gran podio del Boston, con Olivia y Maytita copando las primeras posiciones también en chicas: lástima de Cami ese día que estaba con trancazo –está visto que está gafado en esta prueba). Las sensaciones eran muy buenas, con gran confianza. Un pequeño catarro y unas molestias en el adcutor derecho fueron las únicas incidencias reseñables. Por lo demás entrené estupendamente, con 4 sesiones a la semana, y no con mucho volumen, es decir, la semana más bestia no llegué a los 65km. Las últimas semanas en la CdC fueron muy buenas, entrenando con los parisinos y los maponianos. Vamos, que me fui a Londres con una confianza descomunal, sabiendo que el maratón es una bestia que todavía no domino, que depende de multitud de detalles, pero con la satisfacción de tener el deber cumplido. Dejaba atrás 900 km de rodajes, series, tiradas…
Nos embarcamos hacia Londres el viernes, antes de que abriesen el aeropuerto (5 am). Gran organización por parte de Luis Hita (Marathinez). Muy recomendable. Gente encantadora, viajas con fisio (y gran tipo, Glenn), buenos hoteles y la organización siempre pendiente de cualquier detalle que necesites.
La feria del corredor de Londres es solo regularcilla, pero nos pasamos la mañana. Por la tarde algo de shopping, vuelta por Londres y cenita en Lucciano, un italiano con unas fotos curiosas.
Sábado por la mañana a esponjar 30’ por el parque de San James otra vez algo de shopping, y concentración en el hotel a partir de las 1400. Me gustan esas tardes tranquilas, de charloteo, donde estás con amigos a los que les espera lo mismo que a ti. La cena de pasta también fue un gran acierto, buena calidad del buffet, con los compañeros de fatigas. Coincidimos en la mesa con un chaval de 28 años, Alfonso. A la típica pregunta de cuantos maratones has corrido respondió con un sorprendente ¿este año?, y es que Londres era su cuarta del 2008, además de haber corrido entremedias una de 100km y pensar en terminar Mapoma…
Esa noche conseguí dormir bastante, desde las 10 hasta las 5. Casi ni me enteré cuando llegó Susana del musical…
Llegó el gran día: Me desperté naturalmente antes de que sonase el despertador. Me vestí, con la ropa previamente preparada con mucho cuidado el día anterior, y vi por la ventana que no llovía. Bajamos a desayunar puntualmente a las 6, después de hacer la tabla de abdominales. Papilla de 8 cereales con miel y un plátano. Me sienta de maravilla. Me encuentro de lujo. Chequeo piernas, estómago… todo va como un reloj. Adelita está nerviisa, es su primer maratón. Me alegro de volver a ver a Cepeda en la partida, sin lesiones. Luisete también tiene buena pinta. Angel, a pesar de su última lesión también está optimista (qué tío más entusiasta, da gusto!)
Llegamos puntualmente a la campa, a las 730 más o menos. Gran ambiente, no se ve una nube en el cielo, y la temperatura es muy buena. Luis se hace fotos con todos los frikis del lugar (bastantes), y después de casi dos horas (ha dado tiempo a que aparezcan las primeras nubes), nos vamos al cajón. Besos y abrazos con Adela, en el penúltimo momento emotivo…
A las 945 puntualmente salimos. Luis y Nacho por delante. Salida limpia, a pesar del mogollón que somos. Corro bastante a gusto desde el principio. Antes de la primera milla paso a mis dos amigos y me voy, Solo me preocupa controlar las pulsaciones. El terreno es ligeramente ondulado, y como en la milla tres hay una buena bajada. Las pulsaciones están controladas (un pelín por encima de 155). Paso la milla 6 en 46 min, con buenas sensaciones, y en compañía de un notario extremeño, que me adelanta sobre la milla 8. En la nueve nos esperan nuestras chicas. Como siempre es un momentazo. Ahí están, guapísimas, animando y saltando, con las banderas al aire. Las sensaciones siguen siendo estupendas. Bajo un poco el ritmo, para acompasar las pulsaciones. Hacia la milla 11 empieza a llover, justo cuando me adelanta un tipo medio en pelotas, con una inscripción en el culo “freedom” en un cachete “tibet” en la otra. Gafas enormes blancas. El tío debió acabar agotado, pero de los brazos, ya que no paraba de saludar… Levantaba pasiones.
La lluvia es de gotas gordas y frías, aunque la temperatura es buena. En el medio maratón (que paso en 1:41), me tomo el primer gel, que me sienta bien. Llego al 25 con algo de frio, pero sin bajar mucho más el ritmo (todavía por debajo de 5). Pero a partir de ahí empiezo a notar unos calambres en el aductor izquierdo. Primero son leves, pero cada vez más incómodos. Sin embargo el gel hace efecto (o eso creo), y me vuelvo a encontrar bien, aumentando el ritmo. Me tomo en segundo gel en la milla 20, y este ya me sienta mal. Se me revuelve el estómago, pero pienso que sólo quedan 6 millas, 10 km, y además voy muy concentrado. Me tengo que parar a estirar el aductor (y me doy cuenta que solo me acuerdo del ejercicio que es sentado en el suelo, y no me parece propio). Llego a la milla 21, y sigo corriendo. Antes de la 22 ya me paro una vez (breves segundos) a andar. Pero ya voy tocado. Desde la 23 (me tomo el último gel, sabiendo que tenía mucho riesgo…) ya no puedo correr mucho. Corro, ando, corro ando, pero cada vez son más cortos los tramos de correr. Pasado el 24 me adelanta un tal Miguel, de Burgos. Vamos tío! Me voy con él unos metros. Me dice: venga que a 8 la milla llegamos. No puedo seguirle, pero vamos haciendo la goma unos metros. El km 40 lo paso en 3:20, y me digo a mi mismo que si aprieto hago 2 km a 5 y bajo de 3:30. Pero es imposible. No puedo correr más que unos pocos metros y andar. En el 41 vuelven a estar las chicas. Reúno las últimas fuerzas para pasar corriendo. Ahí siguen animando y sonriendo, qué lujo de afición! Cuando creo que no me ven vuelvo a andar. Queda menos de 1000 metros, pero no puedo, Veo el cartel de 600m, el de 400, pero no soy capaz de arrancar. Solo en la recta de meta, al ver uno de los colegas de Marathinez, con su camiseta española, que me pasa, intento irme detrás de él. No le cojo, pero “esprinto” unos 80 metros, lo que me sirve para acalambrar todos y cada uno de los grupos musculares de las dos piernas. 10 metros más y me pego un guantazo. Me hago la foto con la medalla, y ando como espíritu en pena hasta recoger la bolsa (grandiosa organización, me la preparan antes de que llegue). Vuelve a llover y hacer algo de frio. Busco el árbol de reunión. Mi primer recuerdo es el de Nacho y de su cara de tristeza cuando ve en el reloj que le enseño la marca. No la he rebajado. Le pregunto y me dice que ha entrado con Luis en 3:35. Me alegro por ellos, y también de no haberles visto cuando me adelantaron –sobretodo de que no me hubiesen visto ellos, ya que hubiesen perdido algún minuto seguro-. Ahí está Carmen, que me abraza y me besa. Me tengo que tumbar, y el notario me sube las piernas. La verdad es que me encuentro mal, me duele todo y tengo revuelto el estómago. Susu y Miri me sirven de muletas. Enseguida me cogen Luis y Nacho y nos dirigimos hacia un puesto a que me de esturen algo. A mitad de camino nos dicen que vamos en sentido opuesto. Les digo que me voy al hotel. Me da pena no quedarme a ver a Adelita, pero estoy “matao”. Susana me hace de bastón, y en poco tiempo llegamos al hotel. Paso de la reglamentaria ducha con agua fría y me la doy con toda la temperatura que da la ducha. Me acuesto una horita y me levanto como un pepe, con hambre y todo.
El resto ya lo han descrito mis amigos en sus crónicas respectivas. Me voy de Londres encantado a pesar del sufrimiento (o quizás gracias a él… esto es el maratón!!!). En el pensamiento solo una consigna para el maratón de otoño: hacerlo en negativo, es decir, la segunda parte más rápida que la primera, y si es posible hacer un gran último 10.000. Lo necesito para ganar a esta bella carrera!!!!
Gracias a todos los que leáis esta crónica, no por leerla, sino porque casi seguro que habéis sido parte de ella, de una manera u otra. Es más, seguro que sin vosotros, esta crónica no hubiese existido. Hasta la próxima!
9 comentarios:
grande Alfonso!
ya llegará el sub 3,30. esto es maratón y lo demás pamplinas.
Pues nada, ahora nos tyoca a nosotros. El jueves partimos a Lisboa hacia las 20,20.
Nos vemos allí.
Interesante crónica. Carca, tu eres un pedazo de monstruo. Yo flipo con la progresiçon que jhas tenido. De correr un CSIC en casi 1 hora o de tirar de tí en una San Silvestre para que bajaras de 55' has pasado a tener unas marcas estratoféricas. Unos 39' en 10km, 1:26 en media. Eres un puto keniata.
Yo soy incapaz. Cuando te veo, en las series, que no sólo estás a una distancia sideral de mí sino que encima corres bastante por encima de gente con Boni, jefe Rojo, etc. flipo.
Lo que tenemos es que disfrutar más en las maratones. Correr de menos a más y poco a poco las marcas vendrán sin buscarlas. Creo, eso sí, que deberíamos hablar con un entrenador nuevo que nos oriente de forma distinta.
Yo me veo mejor que hace 2-3 años pero lo cierto es que los tiempos son los mismos. Hemos pasado de rondar las 4 a rondar las 3h30. Pero mis tiempos en los 2*6000 no han variado y lógicamente mis tiempo en la maratón tampoco. Ahora los termino más descansado.
Coño, como intentar hacer un 10km en menos de 45'. Fácil. A bajar de 42, imposible.
No sé si hemos de adelgazar más (los que no estamos en los 60 y pico kilos), hacer pesas (que eso creo que lo hemos dejado todos), hacer técnica de carrera a mansalva... ¡yo qué sé! Lo que sí sé es que se puede bajar significativamente las marcas (cuando lo queramos hacer) si hacemos algo distinto. El amigo de Digi que conocimos en Londres llevaba años corriendo en el entorno de 3:20. Cambió de entrenador y se preparaó para su última maratón en Londres y sub3
Acabo de recibir el especial del Evening Standard de la maratón con los resultados. Os guardo una copia por barba (a Carca, Cepeda y servidora) y otra a Adela
Grandísima crónica, Carca.
Impresionante relato. Emotivo, crudo, real, sincero.
Y de esos que comienzan desde "atrás", como me gustan a mi, empezando por aquellos detalles que motivaron tal o cual empresa.
Sé que vales 3:20 o menos, pero es cierto que algo falla en la preparación, porque el dia D algo ocurre y sufres mucho mas de lo que tienes en las piernas.
¿Gimnasio? Probablemente. ¿Ritmos controlados? Quizá. ¿Técnica de carrera? No creo. ¿Series? ¿Tiradas largas? ¿Más kilómetros?¿Estiramientos? Quizá de todo un poco y nada exactamente, lo que sí sé es lo que no funciona, lo que no nos ha funcionado y eso ya es un punto de partida para enmendar errores y comenzar de nuevo.
¿Donosti?, ¿Berlín? ¿Florencia? En uno de estos veremos nuestro crono pararse exactamente en 3:15:00 o mejor aún 3:14:59 porque sé que lo tienes, que lo vales y sobre todo que te lo mereces.
Este año lo tenías, pero lo merecías mas que nunca.
No desfallezcas.
Gracias a todos por vuestros comments!
Me encanta el maratón, pero sobre todo la preparación. Siempre odié las oposiciones, por aquello de jugartelo todo en un día. Lo bueno que tiene correr muchos es que alguno saldrá bien, y eso ya no habrá quien te lo quite. Y si no sale ninguno como aspiramos, de todos modos habrá merecido la pena. Siempre merece la pena intentar hacer algo!
Por eso no desfalleceré, no os preocupéis.
Creo haber citado ya a Maalouf en Leon el Africano, cuando le pide a Dios que no le libre de las desgracias, sino de la desesperanza. Yo se lo pido también todas las noches (y no por la chorrada de la marca :-)
Qué gusto leerte Carca!! Y qué gusto haber estado allí con vosotros.
Estoy segura de que solos o con otro entrenador, con menos geles, (o más geles), menos Kilos o con lo que sea bajareis algún día de las 3 horas. y entonces querreis bajar de 2, 58 o correr carreras de 100.
En lo que desde luego sois mejores cada día es en intentarlo y en disfrutarlo. Sólo imaginaros releyendo esta crónica dentro de 20 años!!!!
A mí desde luego, me habeis convencido. Acabo de hacer la trasferencia para ser miembro oficial del Boston y pedir la equipación.
Un beso a todos. Adela
Mira que me joroba esto de no poder entrar en el blog con nombre propio, ni siquiera con marcopolillo!!!! Creo que va a ser mi reto de este año. A ver si he podido con el maratón y no voy a poder con un blog!!!!!
Marcopolillooooooo. A ver si consigo darte de alta con ese nick en google...Me ancanta verte tan enganchada. Vamos que creo que en breve te tendremos incluso en el núcleo duro como representante de tu famiglia. Bsos
Querido Alfonso,
Te equivocas: vences a esta carrera una vez tras otra. Porque consigues acabarla cuando todo se pone en tu contra. Porque la sigues preparando con la misma ilusión que la primera vez, a pesar de su dureza. Y porque logras, con toda justicia, estar orgulloso y contento, aunque las marcas no estén a tu altura.
Enhorabuena otra vez por otra carreza de raza nadando contra corriente. Eres un ejemplo de espíritu de esfuerzo, superación y lucha para todos nosotros. Dentro y fuera de las carreras.
Esta vez estaba convencido de que sería tu maratón. Te vi pasar en la milla 9 con un gran aspecto y, mientras corría con Adela, calculaba continuamente por dónde irías. Qué pena que encontraras dificultades en el último tercio. Pero qué lección nos diste al astar tan contento y orgulloso por la noche.
Me permito darte tres modestos consejos de cara a tu siguiente maratón. Primero: no sobre-entrenes. Intenta llegar a tu máximo un poco más tarde, aunque sea haciendo menos kilómetros, menos intensidad y menos competiciones. Segundo: mucho cuidado con el estómago, que es tu punto débil. Los últimos días tienes que comer sólo cosas que sea imposible que te sienten mal. Y nada de geles ni historias. Si te falla el estómago te debilitas y desidratas rápidamente. Los ciclistas sulen comer pasta sin salsa entre etapa y etapa. Tercero: el ritmo de carrera. Un pelín por encima de 155 pulsaciones en el primer tercio significa, asumir un riesgo un pelín por encima de lo razonable. Prueba yendo a 150 pulsaciones hasta la media y luego mantener el ritmo. Aunque no hagas 3:10 sino 3:25, tendrás muchas más probabilidades de acabar bien. Como vas a correr muchas más maratones, ya tendrás tiempo de bajar tu marca poco a poco. No hay prisa.
Un abrazo y enhorabuena otra vez.
Ignacio (el marido de la del nucleo duro)
Muchas gracias Ignaaaaaaaacito por tu post. Del núcleo duro no se sale tan fácilmente, no te creas. Es más, es mucho más fácil entrar que salir.
Espero disfrutar muchas prepas de maratones contigo (sé que con tu racionalidad serán más prepas que maratones en sí).
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