Otra vez la bendita Casa de Campo ha sido escenario de una bonita carrera dominical. Y no me refiero a la Carrera de Akiles, disputada por bastantes miembros del CD Boston, sino a nuestro entrenamiento, que cada vez es más divertido (aunque intuyo que cada vez menos entrenamiento, o al menos menos ortodoxo). Dar la bienvenida a Adela, que se ha estrenado en la Casa de Campo.
La disputa del Aquiles ha hecho que variasemos el sentido del recorrido habitual y encarásemos la subida al parque de atracciones en primer lugar. Grupo muyb compacto, en el que se ha incluido el incombustible Boni (sólo hace 7 días estaba rompiendo el crono en Sanse), y la agradable sorpresa de Cami, que había venido a saludarnos ya que no podía correr por obligaciones familiares, eso sí con mallas y toda la equipación. Al llegar al zoo se había destacado la pareja berlinesa (Manolito y Alex) como quien no quiere la cosa. Me pego a ellos, junto a Miguel Angel, y de repente aparece Cami, animando el cotarro. Pensando que se va a dar la vuelta en el Puente de la Culebra me voy con él, y al oler cuestas se pega a nosotros también Cepeda. Mi sorpresa es cuando al cruzar el puente me informa de que no va a poder esperar en el bosque, y da un acelerón en la primera cuesta, respondido por Cepeda. Me quedo en el corte, a unos 50 metros de Nacho al que Cami le va sacando metros inmisericorde. Pasan las cuestas arriba y no consigo acercarme a Nacho (que tampoco se aleja más de esos 50m). Por detrás ya no oigo pisadas y cuando me giro no veo al grupo. Esta claro que la batalla es por la medalla de plata hasta el bosque. En la última subida, la que lleva a la puerta de Somosaguas veo que le voy cogiendo metros a Nacho, al que doy caza en la cima. Pienso que vamos a llegar juntos, pero en la bajada se queda atrás, lo que me da alas para llegar a la fuente en 39:53. De Cami ni rastro (imagino que nos habrá sacado casi un minuto, pero lo comentará con toda seguridad mañana).
Nos reagrupamos en la fuente (con un Valencia pletórico, que había cogido unos metros al grupo perseguidor), y tras las frases habituales ("yo no voy a bajar rápido", "no contéis conmigo para tirar en la bajada", "voy fundido", "a estas alturas del entrenamiento no hay que forzar"), nos encaminamos hacia la bajada de los maricas (como me ha dicho hoy Boni que se llama), esa que lleva del bosque a las pistas de tenis. Echamos de menos a Comb, pero poco a poco se va acelerando el ritmo del compacto grupo hasta que Vicente nos hace notar que llevamos un rato por debajo de 4 min/km. Pero ahí estamos todos (Boni como si nada, Miguel Angel, Vinuesa, Vicente, Manolito, Alex, Cepeda y yo), sin ceder un metro. De repente ataca Cepeda, me veo fuerte y me voy tras él. El Garmin me ha marcado un mejor ritmo de 3:05, es decir, descoyuntado. Pero llego primero a las pistas de tenis (aporvechando la ausencia de Comb, y de Cami).
Cuando llegamos abajo, tras más o menos 3 km, nos encontramos con la cabeza del Akiles (Martin Fiz), que se ha cascado 4 km en el mismo tiempo, y sin tanta bajada. Pero claro, é estaba compitiendo :-)