Con la edad cada vez me gusta más lo mismo... lo básico. El rock bueno y el correr, cuanto más mejor, y todo con los amigos, con la gente que me gusta.
Estoy últimamente reencontrándome con Eduardo y Jorge un par de grandes amigos de siempre... de chavales. El viernes tras el partido de España nos fuimos a ver a Lou Marini, el tipo del saxo y antiguo miembro de la Blood, Sweat & Tears, Saturday Night Live, de la banda de los Blues Brothers (si la de Belushi) y partícipe en las 2 películas, saxo con Zappa, con Aerosmith...¡todo un lujazo de saxofonista de blues y rock!! que tocó en Clamores con Red House. Un grupazo de Jeff Espinoza y Fernando Simón (¡qué pedazo de guitarrista!) Puro rock y blues básico... riffs y sensaciones a tope.
Y en paralelo estoy empezando a correr cada vez más. Hoy tras una corta tirada larga en El Reti de 17km sumo ya 80 kms semanales. Y cada vez disfrutando más. Como de la música. Sin nervios ni tonterías como en el fútbol ni en la economía. Puras endorfinas. Rock y endorfinas. Buena combinación.
Ah, y me estoy leyendo un libro muy recomendables para los que os guste esto del correr... Born to Run. No sé si lo hay en español. Es la historia de un escritor del Runners World que para evitar que nos lesionemos corriendo va en busca de respuestas a la tribu de los Tarahumaras, una tribu de ultra corredores del Norte de Méjico. Tipazos que viven en cuevas, se emborrachan con alcohol de maíz y corren 200 kilómetros en 2 días como si nada... y sin lesionarse. Es un libro fascinante sobre los locos del ultrafondo. Sobre chalados maravillosos que corren carreras como la Western States, una carrera de 100 millas (sí, 16o y pico kms) que originariamente era una carrera a caballo y que los que la acaban en menos de 30 horas reciben un cinturón de bronce. O la Leadville Trail en Colorado, por las Rocosas, también de 100 milañs y que la han ganado los tarahumaras un par de veces. Una carrera que empieza a una altitud de 3100 metros y tiene colinas que llegan a 3900. Casi ná.
Rock & Run
2 comentarios:
Buen total de kilómetros y si además es pasándoselo bien y con buenas sensaiones, entonces mucho mejor; lo del libro promete, tomo nota; nos leemos.
Aún recuerdo a Lou Marini soplando su saxo por encima de las mesas del bar que regentaba Aretha Franklin en la película.
¿Quién dijo que los musicales no eran buen cine?
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